Boulogne. Lleno de negros.
8 hs y pega un saltito antes de que frene la inmensa y alargada estructura, conducida por un hombre que anoche después de beber un litro de vino se fue a dormir mientras la esposa le hablaba sin parar sobre las chicas del bingo.
Negro camina bajo la lluvia, no pensó que se iba a largar tan pronto. Llega mojado a la fábrica. Anoche también se durmió mojado. No tuvo ganas de ir hasta el baño.
Piensa mientras se cambia en el vestuario que la próxima vez va a tener el toallón a los pies de la cama.
Gisela.
No ve la hora de que sea viernes, Venus, viernes.
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