lunes, 14 de enero de 2013

Negro ansioso. Sabía que quedándose dormido nuevamente ese martes peligraba su trabajo temporario. Ahi viene. Un saltito y ahi va, sin escalas a Boulogne. En el escalón, un librito. Lo levanta. Se lo coloca en la cintura del jean y lo transpira todo. Decide ajustarselo contra el ancho elástico del calzoncillo. Así está mejor.



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