Negro ansioso.
Sabía que quedándose dormido nuevamente ese martes peligraba su trabajo temporario.
Ahi viene.
Un saltito y ahi va, sin escalas a Boulogne.
En el escalón, un librito. Lo levanta. Se lo coloca en la cintura del jean y lo transpira todo.
Decide ajustarselo contra el ancho elástico del calzoncillo. Así está mejor.
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